Una economista anima a comprar casas este 2025

En medio de un panorama económico marcado por la incertidumbre, el debate sobre el mercado inmobiliario vuelve a cobrar protagonismo en España. Una reconocida economista ha lanzado un mensaje que ha generado tanto interés como preocupación: “2025 es un buen año para comprar casas, pero de cara al futuro va a ser imposible”. Sus palabras han puesto sobre la mesa las tensiones que atraviesa el sector y las dificultades a las que se enfrentarán las próximas generaciones si las tendencias actuales no se corrigen.

Según la experta, el presente año ofrece todavía ciertas ventanas de oportunidad para quienes buscan adquirir vivienda. La ligera estabilización de los tipos de interés tras el fuerte incremento de los últimos años ha creado un respiro para potenciales compradores. El Banco Central Europeo ha comenzado a suavizar su política monetaria, lo que ha provocado que las hipotecas, aunque siguen siendo más caras que en la década pasada, resulten algo más accesibles. Además, el mercado inmobiliario muestra señales de ajuste en algunas ciudades de tamaño medio, donde los precios han dejado de crecer de forma desorbitada.

Sin embargo, la advertencia de la economista no pasa desapercibida. Según sus estimaciones, la evolución demográfica, el estancamiento salarial y la presión de los fondos de inversión sobre el mercado terminarán por hacer que adquirir una vivienda en propiedad se convierta en un lujo reservado para pocos. La creciente dificultad para acceder a la compra ya es evidente entre los jóvenes, que destinan más del 40% de sus ingresos al alquiler, una cifra que supera las recomendaciones internacionales sobre esfuerzo económico para la vivienda.

El mercado inmobiliario español sigue mostrando una gran disparidad. En ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Málaga, el precio del metro cuadrado se mantiene en niveles muy elevados debido a la alta demanda tanto nacional como extranjera. A ello se suma el fenómeno del alquiler turístico, que ha reducido el parque de vivienda disponible para residentes y ha presionado al alza los precios en barrios enteros. Por el contrario, en zonas rurales o en ciudades de menor tamaño, todavía existen oportunidades de compra a precios más razonables, aunque con el desafío añadido de la falta de servicios y de oportunidades laborales.

Otro de los puntos destacados en el análisis de la economista es el papel que juegan los fondos de inversión y grandes empresas inmobiliarias. En los últimos años, estos actores han incrementado la compra de viviendas con fines especulativos, reduciendo la oferta para particulares y aumentando la presión sobre los precios. Según la experta, si esta tendencia continúa, el mercado se volverá inaccesible para la mayoría, consolidando un modelo en el que la vivienda deja de ser un bien de primera necesidad para convertirse en un activo financiero controlado por unos pocos.

Las proyecciones a medio y largo plazo son inquietantes. A pesar de que 2025 puede ofrecer condiciones ligeramente más favorables, la experta señala que en la próxima década será prácticamente imposible comprar vivienda en las grandes capitales si no se producen reformas estructurales. Entre las medidas que plantea están el incremento de la vivienda pública, límites a la especulación y mayores facilidades para la emancipación de los jóvenes.

Mientras tanto, muchas familias en España se encuentran en la encrucijada: aprovechar ahora las condiciones relativamente favorables o esperar, con el riesgo de que el futuro solo traiga más barreras. La frase de la economista, “va a ser imposible”, ha resonado con fuerza porque refleja una realidad que ya se percibe en la vida cotidiana: para gran parte de la población, la vivienda es cada vez menos un derecho y más un sueño inalcanzable.

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